Duelo de Visado entre Honduras y Costa Rica - Las buenas relaciones de los Estados Centroamericanos

Desde el viernes 6 de octubre recién pasado, Costa Rica y Honduras como en un duelo diplomático, hacen un pulso al aplicar medidas restrictivas al ingreso de ciudadanos de sus países, exigiendo visas consulares, hecho que perturba las buenas relaciones regionales y principalmente las bilaterales entre ambos países, sin haber agotado el recurso del diálogo, actuando más bien sin haberlo iniciado oportunamente y sin medir las consecuencias de sus decisiones, valiéndose nada más del principio de la soberanía de los estados y la reciprocidad en el tratamiento de asuntos diplomáticos, consulares, migratorios y comerciales, entre otros.

La ausencia de diálogo al nivel presidencial y ministerial ha sido notoria, no se dispone de una agenda vigente de los temas relevantes de la región y de las diferentes relaciones bilaterales con los vecinos de Honduras, que haya estado siendo tratada de forma regular con lo cual se pudo evitar llegar a semejante desacierto bilateral, que echa por el suelo, 60 años de integración regional logrados en el SICA.

Las medidas impuestas por ambos países, primero Costa Rica de forma sorpresiva, y luego Honduras al no recibir ninguna respuesta positiva a la petición de la suspensión de tal medida, han causado ya en los primeros días de ejecución, grandes perturbaciones al normal movimiento migratorio y de transporte de bienes entre ambos países y otros países de la región. Y seguramente no tendrán ningún impacto positivo importante en cuanto al control de la migración de posibles supuestos criminales hondureños que habría empeorado la situación de seguridad en Costa Rica, porque los criminales no utilizan los mecanismos regulares de control migratorio, sino todos aquellos medios generalmente ilegales para ingresar y salir de nuestros países, y ellos no responden a ninguna nacionalidad, sino exclusivamente a su afiliación delictiva.

Costa Rica, al señalar a otros países como exportadores de criminales a su país imponiendo restricciones migratorias a sus ciudadanos, de forma implícita también denuncia las propias bandas criminales que ya operan en su territorio con las que se asocian los supuestos criminales migrantes, las que seguramente si son los causantes de la creciente criminalidad en aquel país, hecho que coincide con lo expresado en el “International Narcóticos Control Strategy Report” de Marzo de 2023, de los Estados Unidos de América, que en su sección dedicada a Costa Rica, página 108, dice: “Costa Rica sigue siendo el mayor punto de trasiego de cocaína en la ruta hacia los Estados Unidos desde América del Sur y es punto clave en el tráfico internacional de narcóticos”, y más adelante dice “Costa Rica tiene un creciente problema de consumo doméstico de drogas, ya que drogas almacenadas en Costa Rica de manera creciente entran en el mercado local y las organizaciones criminales domésticas ganan influencia con los crecientes ganancias por venta de narcóticos”. Esta situación que ocurre en Costa Rica desde hace varias décadas, según el informe, explica el crecimiento de la criminalidad y la tasa de homicidios en aquel país, ya que el narcotráfico siempre se hace acompañar del sicariato y el lavado de activos, situación que pronto se convierte en un ambiente de alta criminalidad. Por lo que las medidas tomadas más emocionalmente que de manera racional por ambos países, no serán la solución del problema, sino más bien la creación de un problema innecesario que no teníamos.

Debemos exigir que el Gobierno de Honduras haga todos los esfuerzos necesarios para establecer el diálogo político a nivel presidencial y ministerial, con la agenda de país de Honduras, extraída de intereses nacionales y no de partido, para resolver y prevenir estas situaciones mediante la implantación de medidas de colaboración constructivas, hecho que debió haber sucedido de forma permanente desde el inicio del gobierno. Exigimos, además, que el Gobierno de Honduras evite desprestigiar el nombre de Honduras al expresar en discursos en eventos internacionales, que nuestro país es un narcoestado, corrupto y que vive amenazado de golpes de estado, lo que es falso, porque con esa imagen estamos invitando a que otros países se atrevan a imponernos medidas como la que impuso Costa Rica.



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